viernes, 22 de marzo de 2013

Poema esperando la resaca



Una hoja doblada en ocho, doce, un trocito de papel que pongo en el bolsillo y olvido
Por Favor. Espera.
Lo saco, lo abro, vuelvo a escribir cuando vuelve la ola.
Pretende ser yo,
Ella yo y yo Ella
Ya no respiro, espero la bajamar
La Mar sin ruido, la mar-lago


Soy la huesuda
Estoy tentada por los huesos como ella
Tal vez es por eso
Que nos unimos de alma a alma
Bellas palabras bofetadas lindas
Nos unieron
Cada uno su hueso decía
En fin de cuenta
Demasiados huesos matan el hambre
Y demasiados nudos nos ahorcan


Se olvidó de mí en la jaula con los pájaros,
Cerró la puerta y me dio la llave
Comí moscas despistadas
Dos tres huevos que había dejado caer
Y un día, me fui sin cerrar la puerta del todo.

Caminé hacia las salidas
El tren se va
¿El resto de vómito que se quedó en mi garganta
Es el regalo que dejó para mi?
Mi corazón listo para gritar
Aturdida, los brazos levantados, voy corriendo
Los coches se paran, esperan, me observan
voy a perder el equilibrio
Sus manos encima de las mías:
“El culpable es viejo
Abran las tumbas” gritó
Fue el primer intento

El crimen me recorre raudo
Sin preocuparse de saber si
Tengo una palabra que decir
Músculos
Nervios
O huesos
Vuelven a pasar los coches.
Me doy la vuelta y le pregunto si me seguirá hasta el negro sin fondo.
Fue el último intento

***
Cuando todo se tambalea
Mi barco, mi mar, mi padre
¿A qué me agarro?
¿Dónde está la cuerda?
¿La cuerda alrededor del cuello?
¿Una pelota presa?
¿Una nota aguda?
¿Una puerta que se rompe sería más seguro tal vez?
O solo una ventana, una ventana para deslizarme y saltar
Los pies, las piernas arqueadas, los brazos sin pensar
 voy a pasar.

***
Una mañana fui a buscarla
Estaba congelada, de cuclillas delante de la puerta cerrada
Intentó abrirla, solo una vez
Pero su tesoro ya no le pertenecía
Jamás había sido suyo
Rompió la puerta desesperada
Y migró hacia mi corazón
La llevé conmigo, le di una nueva casa
Una nueva puerta y se quedó.
En el cielo de 23 lunas
En la casa abierta de gallinas japonesas
Terminaré de leer el Extranjero
Y cuando vaya a comprar 3 mangos en el mercado
Y una camisa de Hawai
Se quedará quieta en la palma de mi mano


***

Nunca he dormido entre tus brazos
 Y Jamás lo haré
Dormí en camas dulces y agrias
En cabañas igloos, casetas iglesias
Acurrucada en hamacas clavadas en las paredes
Sobre puentes de barco escupiendo sus humos
En el suelo, aquí allá

Entre las rocas
En el hueco de las dunas, de los caminos
Y te abrazaba
Dormí sobre sillones
De trenes lejos lejos,
De coches, autobuses,
Cines parisinos

Entre las rocas
En el hueco de las dunas, de los caminos
Y te abrazaba
Nunca he dormido entre tus brazos
Y Jamás lo haré


***

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